El beso.
Taehyung estrujaba su bata de doctor, mientras escuchaba a Jimin relatar su encuentro con Yoongi.
—Nunca vi la desilusión tan latente en una persona, como en los ojos de Yoongi cuando me vio a mí, en tu lugar.
—¿Y qué te dijo? —preguntaba con premura.
—Lo que supusimos desde el principio, el hombre no aceptaba tu negativa de verte, le expuse todos los argumentos habidos y por haber.
—¿Y en qué terminó todo?
—Yo salí del hotel con una promesa suya de que no te buscaría —Jimin miró la desilusión en la cara de su amigo—. ¿Eso... es lo que querías?
—Sí —dijo bajando la mirada.
—¿Para qué nos hacemos tontos? Tú amas a ese hombre y él a ti, si hubieras escuchado las palabras de amor que te dedicó, en este momento estarías con él para no separarse jamás.
Taehyung comenzó a llorar suavemente.
—La promesa...
—¡Olvídate de esa tonta promesa! ¡No sabes el daño que hacen las promesas tontas!
Taehyung volteó a ver a Jimin y pudo ver que él también sufría.
—Tal vez piensen Yoongi y tú, que le están haciendo un bien a Tzuyu... Pero mírate en mi espejo, ¿cómo puede Tzuyu ser feliz al lado de un hombre que no la ama? ¿Sólo por una promesa?
—Jimin.
—No sabes el dolor que se siente tener al ser amado a tu lado solo en cuerpo, y que su alma y sus pensamientos se encuentren al lado de otra persona —las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas sin que pudiera evitarlas—. Que él se vaya apagando poco a poco, y tú sepas que es por tu culpa, porque no lo dejas en libertad.
Los dos amigos se abrazaron y dejaron correr sus lágrimas, después se separaron mirándose a los ojos.
—Taehyung, piénsalo bien... Yoongi y tú pueden tener esperanza, pueden ser felices. ¿Me prometes que lo pensarás mejor?
—Está bien Jim, pero faltaría ver lo que dice Yoongi.
—Tú sabes donde se encuentra, o quizás él te busque en el hospital.
—Pedí una licencia, he estado trabajando mucho y sin descanso, así que no hubo problema.
—¿Por qué hiciste eso?
—En un principio pensé que el trabajo mantendría mi mente alejada de Yoongi, pero después me puse a pensar que quizás, era el lugar donde él me podría localizar más fácilmente.
—¿Y así quieres poner pies en polvorosa? Créeme, de nada sirve la distancia, tendrás que enfrentarlo.
—O quizás me vaya a Australia.
—¡Taehyung!
—Lo siento, estoy confundido.
—Tómate tu tiempo, pero no demasiado... me voy.
—Cuídate.
Taehyung abrió la puerta y en el umbral apareció la gallarda figura de Jeon Jungwon.
—Jóvenes, buenas tardes.
—¡Jungwon! Pasa, yo ya me retiraba.
—Que te vaya bien, porque quizás a Taehyung no le vaya igual.
—¿Por qué lo dices? —preguntó alarmado.
—Vengo a aclarar cierta invitación que le llegó a un actor australiano, realizada por un joven de cabello castaño a mi nombre, de la cual yo no estaba enterado.
—¿Ups? —exclamó Taehyung.
—Yo... bueno, tendrás que disculpar a Taehyung... fue idea mía. ¡Con permiso! —y salió rápidamente.
✧✦✧
Jungkook tocó la puerta del camerino de Yoongi.
La puerta se abrió y un apuesto hombre de la misma estatura que él, le sonrió burlón.
—¡Vaya, vaya! Ahora tengo el cuadro completo... Pase usted, señor "Elegante".
—Mi nombre es Jungkook, Jeon Jungkook —dijo entrando al camerino.
—Quizás por eso te dejaron pasar, dejé órdenes explícitas de que dejaran entrar al que tuviera el apellido Jeon. ¡Todos han venido! Jeon Jungwon, Jeon Yeji y ahora el "elegante" Jeon Jungkook, todos menos él.
—Y no vendrá, él es más sensato que tú, y si estoy aquí es para...
—Advertirme de no intentar buscarlo, sí, tu "tímido" ya me lo dijo.
—¿Jimin estuvo aquí?
—No, en el hotel, aunque ahora recuerdo, él ya no es tu "tímido", ¿verdad?
—No te metas en mi vida.
—¿Y tú si puedes meterte en la mía?
—¡No es lo mismo! Taehyung puede perder su reputación de doctor si lo ven con un hombre comprometido con otra.
—¿Cómo crees que voy a comprometer su reputación?
—Ya lo hiciste en el colegio, ¿lo recuerdas?
—Sabes que fue una trampa.
—Y esto no es el colegio, aquí está la vida de Taehyung, su trabajo, su casa. ¿Te imaginas todo lo que ha trabajado para hacerse de un nombre, sin depender de su apellido y de lo que los Jeon le brindamos?
—Lo sé, y te puedo asegurar que no haré nada que pueda perjudicarlo.
—¿Tengo tu palabra?
—Palabra de australiano.
Jungkook se dio la vuelta para retirarse.
—¡Oye "Elegante"! —y Jungkook lo volteó a ver—. No sé que pasó con tu "tímido", sea lo que sea, procura arreglar las cosas con él, no vale la pena perder a la persona que te ama por tonterías.
—¿Qué te dijo Jim?
—Nada, solo pude percibir lo bravo que está contigo, pero también que sigue sintiendo algo por ti.
Jungkook se despidió del actor con una inclinación de cabeza y apresuró el paso para salir del teatro.
—No puedo dejar pasar más tiempo. ¡Tengo que hablar con Jimin!
✧✦✧
Terminaba un día más de clases, y todos los estudiantes se dispersaban para regresar a sus casas, Jimin venía platicando con Soobin cuando descubrió a Jungkook aguardando en la recepción.
—Creo que vienen por ti, nos vemos Park —dijo Choi Soobin y se alejó corriendo.
—Hola Jimin, ¿podemos hablar? —habló suavemente.
—No tengo tiempo joven Jeon, Momo y el chofer de mi padre aguardan afuera por mí.
—Le pedí a mi chofer que hablara con ellos, para pedirles que te esperaran un poco más.
—En ese caso, ¿qué es lo que me quiere decir?
—¿Podemos hablar en otro lugar? Los salones del aula este, siempre están desocupados.
Jungkook no esperó la respuesta de Jimin, lo tomó de la mano y lo jaló hacia los salones vacíos.
Jimin apresuró el paso para estar a la par, ya nunca más iría detrás de él.
Entraron al primer salón desocupado.
—Muy buen Jungkook, ya estamos aquí.
—Supe que hablaste con Yoongi, y te lo quiero agradecer.
Jimin se le quedó viendo sorprendido, nunca en el tiempo en que estuvieron juntos, le agradeció por algo que hiciera por iniciativa propia.
—Yo también hablé con Yoongi, pero parece que tu conversación con él, surtió más efecto, ahora es hora de atender nuestros asuntos.
—¿Nuestros asuntos?
—Quiero que regresemos... ¡No! Quiero más, quiero que te cases conmigo —habló imperioso.
Jimin no salía de su asombro, Jungkook no solo se atrevía a contemplar una reconciliación, sino que casi se lo estaba ordenando y se quería casar con él, como si nada doloroso hubiera pasado entre ellos.
—Esas palabras me hubieran llenado de alegría el corazón algunos meses atrás... pero ya no, no me interesa regresar contigo, mucho menos casarme.
—Sé que te lastimé...
—¿Lastimarme? ¡Me mataste! ¿Cómo pretendes que olvide el desamor?
—No puedo retroceder el tiempo —dijo por fin defendiéndose—. No puedo borrar cada una de tus lágrimas —y se atrevió a limpiar con sus dedos la lágrima que brotaba ya de los ojos de Jimin.
Ante el contacto, Jimin retrocedió.
—Es verdad, no puedes, así que te agradecería que dejaras de insistir, te lo vuelvo a repetir, ¡no quiero que te sigas sintiendo comprometido con la promesa que le hiciste a Taehyung! Yo... Yo también tengo la culpa en eso, no debí aceptarlo desde un principio.
—¡Con un demonio! —y lo tomó por los hombros empujándolo y acorralándolo contra la pared.
Jimin pegó sus brazos a los costados y cerró los ojos con fuerza en espera de una violenta respuesta de Jungkook, pero él solo colocó sus manos en la pared, manteniendo a Jimin encerrado entre sus brazos. Sus rostros estaban muy juntos, podían sentir sus alientos chocar uno contra el otro y Jungkook habló suavemente.
—Como desearía borrar todo lo que te he hecho sufrir, pero no puedo —y empezó a olfatearle toda la cara lentamente, como un animal salvaje a punto de saltar sobre su presa—. Como desearía haber correspondido a cada una de tus muestras de amor, como realmente te lo merecías, como quisiera, probarte.
Y Jungkook tomó sus labios en forma sutil, gentil, sin prisas, mientras Jimin sentía que se le salía el corazón, su cuerpo se estremeció como si una descarga eléctrica le recorriera el cuerpo. Ahí estaba el hombre que amaba dándole su primer beso sin su consentimiento, avasallando con todo, robándole lo último que le quedaba, su orgullo.
Jungkook estaba embriagado con su sabor.
—Como no te besé antes —sus labios empezaron a exigir más, al abrir más la boca de Jimin, necesitaba su rendición total.
Orgullo, orgullo herido, eso fue lo que apoderó de la mente de Jimin, que empezó a empujar a Jungkook para liberarse. Jungkook lo percibió y lo tomó por la cintura cerrando la mínima distancia que quedaba entre ellos, y el beso se hizo más demandante.
Jimin hizo acopio de todas sus fuerzas y de un empellón se separó de Jungkook, el sonido de una bofetada se oyó en el solitario salón.
Jungkook lo volteó a ver, quitándose los mechones de cabello de su rostro.
Jimin temió lo peor.
—Seguramente me golpeará —pensó el menor, pero en sus ojos no vio furia, sus ojos eran diferentes, se oscurecieron.
Y sin que lo pudiera evitar, lo volvió a abrazar, poniendo una mano en su cintura y la otra sujetándolo por la nuca, besándolo furiosamente, pareciera quererle robar el alma.
Jimin volvió a empujarlo, liberándose de su amarre.
—¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿No te has cansado de hacerme daño? —y salió corriendo del lugar.
—¡Eres mío Park Jimin! ¡Siempre lo has sido!
✧✦✧
Jimin llegó temblando al departamento de Taehyung, se detuvo un poco antes de tocar la puerta.
—Momo. ¿Podrías...?
—Sí, ya lo sé joven, usted quiere hablar a solas con el joven Taehyung, lo esperaré en el coche.
—Gracias Momo.
En cuanto su acompañante se retiró, Jimin tocó la puerta, pero no se abría.
—Qué extraño, Tae me dijo que no saldría de su departamento, ¿habrá cambiado de parecer? —de pronto la puerta se abrió y Jimin entró apresuradamente—. ¡No sabes lo que ha pasado con Jungkook!
—¿Y ahora qué pasó? —preguntó Taehyung no muy interesado.
—Me... ¡Me besó!
La actitud de Tae cambió.
—¡No! ¿Y qué hiciste?
—¡Le dí una bofetada!
—¿Y te devolvió el golpe?
—¡No!... ¡Me volvió a besar!
—Me supongo que no es lo mismo en todos los casos —Taehyung lo dijo murmurando, casi para sí mismo.
Fue cuando Jimin reparó en su persona, tenía la ropa desaliñada... y estaba algo despeinado.
—¿Qué sucede Tae? —se lo dijo alarmado.
Algo se escuchó romperse en el cuarto del fondo, Jimin cayó en la cuenta de que Taehyung no estaba solo.
—No me digas que... —comenzó a murmurar—. ¿Él está...?
Taehyung afirmó con la cabeza, poniéndose de mil colores.
—¡Me voy! —casi gritó—. ¡Aquí no ha pasado nada!
—Jim espera... —intentó detenerlo—. ¿Ahora qué vas hacer con Jungkook?
—Eso ya está decidido desde hace mucho... ¡Olvidarlo! ¡Aunque me tenga que lavar los labios con agua bendita todos los días!
—¡Jimin! —desilusionado lo dejó ir.
✧✦✧
Suave piel entre sus manos, aroma de cítricos tentadores, unos labios pequeños, pero con un sabor delicioso.
—Quiero más. ¿Qué tesoros ocultos tras las telas encontraré?
—¡No te me acercarás!
—¡Tú me amas!
—Ya no.
—Te perseguiré hasta que caigas rendido en mis brazos.
—¿Me atraparás?
—¡Ya lo verás! ¡Jimin!... ¿A dónde vas?... ¡No me dejes!
Jungkook despertó sudando frío, su respiración era agitada, no había tenido otra pesadilla desde la muerte de su hermano Junghyung. La angustia de perder a un ser querido regresó golpeándolo con ganas, Jimin estaba vivo, pero lejos de él, y cada intento por acercarse a él, sólo lo alejaba más.
—Jimin, ¿qué me has hecho? Ya he probado tus labios, y no puedo resignarme a no volverlos a tener.
Fue una noche difícil y él había salido de madrugada a hacer ejercicios, necesitaba despejar su mente y cuando el sol empezó a hacerse presente, Jungkook entró a la mansión Jeon, Jungwon tenía poco de haberse levantado, era fin de semana y no iría a la oficina, por lo que había invitado a Seungmin.
—Que cara, ¿no dormiste bien? —le preguntó Seungmin preocupado.
—No dormí.
—¿Por Jimin? —preguntó curioso.
—¿Por quién más? Seguí el consejo de tu novio, consejo de hablar con él para aclarar las cosas.
Seungmin sonrió al ver al hermano de su novio tan nervioso por Jimin, por primera vez y sin decir algo más, empezó a servir café, escuchando atentamente.
—¿Y qué pasó? ¿Le dijiste lo que buscabas de su relación? ¿Le preguntaste lo que a él le molestaba?
—No pude.
—¿Cómo que no pudiste?
—Estaba... ocupado.
—¿Cómo qué estabas ocupado? ¿Qué estabas haciendo?
—Besándolo.
Jungwon abrió los ojos como platos, Seungmin hizo caer la cafetera abriendo su boca, por primera vez ambos se quedaron sin palabras.
—¡Sí, lo sé! Primero era hablar con él, y después vendría lo demás... ¡Pero es que no pude resistirme! Jimin me ha hechizado, no sé qué sucede conmigo cuando estoy cerca de él, mi cuerpo reacciona extraño y lo único que quiero es abrazarlo y comérmelo a besos.
—Bueno... —habló por fin y vio a su novio de reojo que tenía la boca abierta—. Los hombres... tenemos ciertas necesidades que cubrir.
—¡Ya lo sé! ¿Pero por qué me hacen perder el control cuándo estoy con él?
—Por qué tu cuerpo ya encontró a la persona indicada para hacerlo, que mejor que hacerlo con alguien a quien amas —dijo Seungmin aún impresionado.
—Pues díselo a él, es más terco que una mula.
—¡Jungkook! —Seungmin le pegó en la cabeza y fue a buscar una escoba para limpiar lo que había roto.
—Jungwon... ¿Qué hago ahora?
—No te queda más al esperar que el beso que le diste, surta efecto.
—¡Mi Dios!
✧✦✧
Noche de estreno, noche de gala, mucha ropa fina, muchas joyas. El teatro estaba a reventar, las familias más adineradas estaban ahí.
—¡Jimin! Gusto en verte con su familia.
—Soobin, a mí también me alegra verlo con tu padre y ¿tu madre?
—Está indispuesta.
—Nada grave supongo.
—Depende del punto de vista de cada quien.
—No lo entiendo.
—No sé si te he comentado que mi hermano mayor se va a casar.
—Sí, pronto será la boda.
—Pues bien, mi madre había mandado traer a un chef francés para la ocasión. ¡Contratado desde hace cuatro años! Perdió su pasaporte, pero el chef aseguraba que eso no lo iba a detener, hasta ayer... mi padre recibió una llamada confirmando que no vendría, ahora no hay tiempo de buscar algún suplente y más de tan alta calidad, mi madre no para de llorar, casi le da un infarto.
—Soobin, dile a tu madre que no se preocupe, yo me encargaré de... de encontrar quien cocine y prepare un pastel digno de príncipes.
—¿De verdad? ¿De quién se trata?
—Eso es un secreto profesional, pero confía en mí, no lo defraudaré.
Soobin se alejó con su padre y sus hermanos aliviados con la promesa que le hiciera Jimin.
—¿Me puedes explicar qué piensas hacer, querido?
—Ganarme mi primer dinero, papá.
—¿Vas a cocinar para los Choi?
—Sí y no, después te explico.
—Espero que no te metas en algún lío, mira quien se acerca.
—Señores Park, Jimin, buenas noches.
—Señor Jeon, Jungwon, bueno saludarlos —fue el saludo cortante del señor Park.
—Que bueno que los encuentro.
—¿Nos quiere decir algo?
—Sí, quizás no es la forma correcta, ni el lugar indicado, pero su hijo no me ha dejado otra opción, señores Park, les pido formalmente la mano de su hijo.
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